martes, septiembre 30

3 días en Mendoza – viaje de ida

Teníamos planeado salir de la casa de mi hermana en Ciudadela el jueves a las 22 hs… eso no ocurrió y fue por mi culpa!
A las 21:20 estaba en Morón desarmando el bolso... mientras peleaba con Juanjo de pura histeria que me provocaba el viaje. Es que en 3 años era la primera vez que iba a estar tan lejos de el.

Tito llego puntual. Ayelen estaba lista. Yo llegue 20 minutos tarde y con miles de bolsas llenas de cosas que no entraban en mi bolso, obviamente, cosas que mi hermana me aconsejo dejar por inútiles para la ocasión.

Emprendimos el viaje a las 23 hs, luego de despedirnos de mi novio, mis otras 2 hermanas que habían asistido para la ocasión y mis sobrinos que quedaron llorando porque no los podíamos llevar.

Tito no llevaba mapa pero aseguraba que llegar a Mendoza era muy simple, “ruta 7 derecho”, yo proteste al respecto pero, como el es chileno, pensé que conocería de memoria la ruta.

Ni bien pasamos Lujan tuvimos que parar a comprar yerba y cargar agua caliente porque la encargada del mate era yo y, entre tanto lio, me olvide de poner agua en el termo y de mezclar la yerba con la peperina, en el Tupper solo había peperina!

Quizás el problema sea que tomo mas responsabilidades de las que puedo cumplir… También ofrecí encargarme de la música, pensaba hacer 2 compilados: uno pop y uno de narcocorridos… no tuve tiempo. Tito aporto 2 CDS de virus, yo lleve los 2 discos de Mi Pequeña Muerte y el compilado de narcocorridos que nunca funciono... ja. A Tito MPM le daba sueño, así que escuchaba repetitivamente virus.

Pasando Junín, una serie de malas decisiones durante unos 150 Km., nos deposito en la plaza de un pueblo llamado Teodelina en Santa Fe, a las 2 de la madrugada, ni un alma en las calles, todo cerrado y nosotros perdidos!!!

En un momento vimos las luces de una patrulla de policía a unas 5 cuadras y aceleramos pero cuando llegamos habían desaparecido.
Luego de varias vueltas, tratando de salir de Teodelina, encontramos un camión, el camionero nos dijo “no soy de acá” a lo que contestamos “nosotros tampoco! tenemos que ir a Mendoza y no sabemos donde estamos”, el Sr. camionero amablemente nos indico como tomar la ruta 8, porque la 7 ya estaba muy lejos, los camioneros la tienen clara. Así fue como nos enteramos de que Tito NO conocía la ruta a Mendoza porque nunca fue a Chile manejando… Plop!

Ya encaminados en la ruta 8, me toco manejar… durante 3 o 4 horas escuche repetitivamente Mi Pequeña Muerte… a mi no me duerme y me musicalizo perfectamente la ruta.

Manejar de noche por la ruta es lo más, sobretodo con buen clima. Esta fue mi segunda vez, la anterior llovía torrencialmente, no veía nada e iba cagada en las patas.

Con Juanjo siempre viajamos de día y es un quilombo de autos, manejo 10 kilómetros y quedo toda contracturada. Es horrible.

Ahora entiendo porque mi papa, que era viajante, siempre prefería dormir de día y manejar de noche.

Al llegar a la ciudad de San Luis le volví a pasar el volante a Tito (Ayelen todavía no tiene registro, así que solo éramos dos para manejar) y me tire a dormir atras.

Llegamos a las 9 de la mañana a Mendoza: Yo dormida, Tito cansado, mi hermana súper despierta y emocionada de ver por primera vez la cordillera nevada.

(Continuara)

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